Ojo vago

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El “ojo vago” es una patología que se origina en la infancia, y cuyas consecuencias se prolongarán durante toda la vida de la persona si no es diagnosticada y tratada precozmente. La ambliopía u “ojo vago” consiste en la baja visión de uno o ambos ojos por una falta de uso en el período de desarrollo visual (desde el nacimiento hasta los 10 años, aproximadamente). El ojo ambliope es aquel que, en ausencia de patologías oculares, no ha desarrollado su visión. La agudeza visual se desarrolla progresivamente desde el nacimiento hasta los 6-10 años. En el ojo ambliope, este desarrollo de la agudeza visual, por diversas razones, no se produce. El ojo es anatómicamente normal, es decir, sus estructuras son normales, pero no ha desarrollado la visión.
¿Por qué motivos se produce?
Existen diversas situaciones que pueden generar un ojo vago:
• Defecto de refracción: Si el niño tiene hipermetropía, astigmatismo o miopía, la imagen que el ojo envía al cerebro no es nítida. En estos casos, el cerebro escoge la visión del ojo con menor defecto refractivo y suprime la del ojo peor enfocado, convirtiendo en vago ese ojo.
• Estrabismo: Cuando los ojos no están alineados, se produce visión doble. En el caso de los niños, el cerebro, debido a su plasticidad, puede suprimir la visión del ojo desviado y evitar la diplopía. La consecuencia negativa es que el ojo suprimido no desarrollará su visión.
• Cataratas, enfermedades retinianas, malposiciones palpebrales: Cualquier enfermedad o situación que interfiera en el correcto desarrollo de la visión en la edad pediátrica puede generar ambliopía.
La ambliopía puede prevenirse detectando las situaciones que pueden provocarla. Una vez producida, el tratamiento de la ambliopía es más fácil y tiene más posibilidades de éxito cuanto antes se inicie. Por estos motivos, todos los niños deberían someterse a una revisión oftalmológica para descartar la ambliopía y las situaciones de riesgo hacia los 3-5 años de edad. En Gascón Ginel Oftalmólogos estamos acostumbrados a trabajar con niños, y podemos realizar la exploración del niño a cualquier edad, por pequeño que éste sea, y aunque éste no colabore.
¿Cómo se manifiesta? Los padres, profesores o cuidadores pueden sospechar un comportamiento visual anómalo si, por ejemplo, el niño:
• No identifica de forma adecuada a los familiares en distancias largas
• Se acerca mucho los objetos a la cara
• Desvía un ojo
• Gira la cara para leer
• No quiere ver películas en 3 dimensiones
Sin embargo, en la mayoría de las ocasiones, al ver bien por uno de los ojos, el niño se desenvuelve con total normalidad y la ambliopía no es detectada salvo que se realice una revisión oftalmológica al niño.
Para tratar el ojo vago, hay que corregir su causa (estrabismo, defecto refractivo, caída del párpado…) y hacer trabajar al ojo amblíope, penalizando el ojo sano. La forma más habitual de hacer esto es ocluir el ojo sano con un parche. En ocasiones podemos utilizar otros medios para penalizar el ojo sano, como dilatar la pupila del ojo sano con un colirio ciclopléjico, pintar el cristal del ojo sano con esmalte de uñas o prescribir una corrección diferente de la necesaria en el ojo bueno. El elegir una u otra forma de penalización y el tiempo durante el cual se realiza la misma dependerá del grado de ambliopía y de la edad del niño.