Catarata Congénita

GASCON GINEL/PATOLOGÍAS/Catarata Congénita

Supone la causa de la cuarta parte de las cegueras infantiles

Deben recibir tratamiento por un oftalmólogo especializado siempre que tengan repercusión funcional

Las cataratas densas deben operarse antes de los 3 meses de edad del niño para mejorar los resultados funcionales

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Es aquella opacidad del cristalino que está presente desde el nacimiento del niño. No todas las cataratas congénitas tienen repercusión funcional, sólo aquellas que son centrales y de gran tamaño comprometen la visión y por tanto precisan tratamiento. Pueden ser unilaterales o bilaterales, y en ocasiones se acompañan de otras anomalías oculares (alteraciones corneales o retinianas, glaucoma, vítreo primario persistente, microftalmos) o sistémicas (sordera, patología cerebral, alteraciones cardiacas, dentales, renales, etcétera). Frecuentemente son hereditarias. Aunque en otras ocasiones se deben a otras causas como pueden ser infecciones intrauterinas, síndromes cromosómicos, enfermedades metabólicas y renales. Por este motivo, el oftalmólogo junto con el pediatra deben explorar al niño para descartar o detectar dichas alteraciones y el motivo por el que se produjo la catarata.
El origen de las cataratas congénitas está en alteraciones genéticas, infecciones intraútero y alteraciones metabólicas principalmente.
Pueden evitarse aquellas cataratas asociadas a la rubeola, asegurado la vacunación de las niñas, o las asociadas a la toxoplasmosis (evitando comer carne cruda durante el embarazo), así como las producidas por la galactosemia (retirando la galactosa de la dieta del niño). Sin embargo, la mayoría de las cataratas congénitas no pueden prevenirse. Lo que sí pueden es detectarse lo más precozmente posible, ya sea en las ecografías intraútero o bien, realizando un examen oftalmológico al nacer a los niños. En el caso de las causas genéticas puede ofrecerse consejo genético, especialmente en aquellas alteraciones que asocien graves malformaciones a la catarata.
El síntoma que con más frecuencia produce una catarata congénita es una pupila blanca. En otras ocasiones el niño puede presentar falta de fijación ante estímulos visuales, estrabismo (una desviación del ojo) o nistagmo (movimientos oscilantes del/los ojos) por la falta de visión.
El único tratamiento para las cataratas congénitas, salvo las asociadas a la galactosemia, es quirúrgico. Este tratamiento es complejo y debe ser realizado por un oftalmólogo especializado en este tipo de cataratas, debido a las particularidades que presenta el ojo del niño y a la necesidad de realizar una vitrectomía asociada a la extracción de la catarata en un gran número de casos. En el caso de que el niño presente una buena visión, a pesar de la catarata, optamos por una actitud conservadora, pero en aquellos casos que comprometen seriamente la visión, la cirugía debe ser lo más precoz posible (antes de las 12 semanas en el caso de cataratas bilaterales densas y antes de las 6 semanas si se trata de cataratas unilaterales densas). Una vez realizado el tratamiento quirúrgico, el tratamiento de la catarata congénita incluye el tratamiento de la ambliopía, por lo que resulta clave contar con un servicio especializado en Oftalmología Pediátrica y Rehabilitación Visual.